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No son tan cursis quienes sostienen que el Medio Oriente es mágico. Hay algo de verdad en lo que dicen. Hace un par de días regresé de un viaje "escapada" a Sinaí, en Egipto, y cuando evoco la imagen de la bóveda azabache viva, llena de estrellas fugaces y otros meteoritos, lo confirmo. En esos momentos pensaba en las imágenes generadas por los cuentos de "Las mil y una noches", pero la presencia en la nuca de la conciencia orientalista me reprimía y me reprime.
Orientalismos e imperialismos aparte, hay ciertas situaciones que se presentan como metonimias explícitas (¡vaya oxímoron!). Apenas llegados a Nuweiba, teníamos que concertar el precio del jeep que nos llevaría a la Laguna. Sabíamos que costaba 200, pero -qué le íbamos a hacer- no podíamos rechazar la beduina invitación de "Jimi Hendrix" (así se hacía llamar el chofer) a tomar té en el suelo y discutir el precio.
Durante una eterna media hora Hendrix no se bajó de los 650. Después, tras amenaza física de irnos, llegamos a 300. La pregunta es, ¿para qué? Ya sabés que no somos europeos, ya sabés que más o menos nos manejamos. ¿Para qué malgastar tanta energía? Fue de esas situaciones en las que ambas partes ya saben los términos finales; sin decirlo, ya se pusieron de acuerdo en "el precio", y sin embargo, dan vueltas y vueltas sólo por deporte. Si esto no les recuerda al conflicto de esta región, pues aquí les refresco la memoria. Medio Oriente es mágico.
2 comentarios:
Argov maneja un omnibus en Jerusalén, Hendrix maneja su Jeep (y toma té) en Sinai. Mágico Medio Oriente express.
Jajaja sí, no te aburrís nunca!
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