Caminaba por la rambla, hacia calor pero ya pasaban las cinco de la tarde. Los lentes de sol nuevos son una maravilla, hacen que todo se vea lindo... y la musica re-pop en el walkman, uf!, que onda que tiene este lugar! Es Tel Aviv o Miami? Ta, hoy llego un poco mas temprano al laburo (una media hora), total agarre el ultimo omnibus y no tengo (nada) (que) (hacer). Primera vez que los primeros 10 a 15 minutos se invierten en saludar y charlar con gente: un estadounidense, una australiana, una rusa, una colombiana, una judia israeli, un par de arabes israelies y un mexicano que no conocia. Como de costumbre: a la cocina a pelar cebolla. Ya no jode, desde que aquel ruso me ensenio a pelarlas horizontalmente y no verticalmente, le agarre la onda y es un toque. Una horita de regalo al patron y afuera. Pero a la fila 25, lejos de la musica, la calefaccion y la gente que ordena platos caros. A hacer un mango como puedas.
Siempre me pasa lo mismo (es obvio): empiezan a pasar las horas, los supuestos clientes no llegan hasta tan lejos y me entro a calentar. A Moshe, el encargado, le tengo los huevos paspados, y empiezo a disfrutar de eso. Es un gordito que se la tira de simpatico y gracioso pero al que, en realidad, le chupas un huevo y solo piensa en cagarte en beneficio del restoran. "Sacame de aca, dame algo decente, estoy perdiendo plata, hay gente que empezo el mismo dia que yo y ya trabaja en el centro del bar (donde se hace buena y facil guita)", son algunos de mis reclamos. Una, dos, tres, cuatro veces. Ayer fue el record: cuatro veces lo encare y le entre a hinchar las bolas.
Algun palomo igual cayo, como siempre. Luego de los que sienten verguenza de acomodarse en el medio porque se van a pedir un cafe y un milkshake para pasar sentados dos horas, viene alguna parejita con ganas de comer algo, aunque con los pesos (shekel) justos. Ella pidio fettuccini con tiritas de pollo; el, strogonoff. Entre corridas para poner los cubiertos, servir el pan y la ensalada que acompanian el plato, me avisa Moshe (la cupula esta intercomunicada con unos aparatos que se ponen en la oreja) que mi pedido esta pronto.
El jefe de la cocina pone sobre la mesa un plato en el que se ve algo color carne y alrededor una crema que parece ocultar trozos de carne, aunque si se lo ve de mas cerca parecen porotos. Le pregunto si es el strogonoff. Para que! Luego de su cara de orto me grita: No sabes diferenciar una berenjena de un strogonoff!? Sin mediar silencio lanzo una frase en arabe que no parecia demasiado amistosa. Adrian (en espaniol): La puta que te pario, que puteas, buco de mierda! Silencio. Mi pedido no aparecia. Fui a llevarles el pan, y cuando volvi el jefe de la cocina parecia haber vuelto en si, distraido con otros asuntos. Me entrega el strogonoff (a esa altura, de mierda). Adrian, en hebreo y con dedito indice acusador en movimientos diagonales de arriba abajo: A mi me hablas bien, ta claro? Buco: Que!? Adrian (el tono de voz de ambos, a partir de ahora, esta unos cuantos decibeles hacia arriba): Que si vos me hablas mal en arabe yo tambien se decirte cosas en espaniol. Llevo dos semanas aca y tengo derecho a confundir los platos, por eso pregunto. Pregunto y me podes responder bien. Buco: Queres callarte la boca? Adrian: No. Buco (con amenazante palma de la mano): Callate ahora mismo o te doy un cachetazo! Adrian: No me callo nada. Buco: (Repeat). Adrian: Pegame si queres, el problema es tuyo, que no podes hablar como un ser humano. Buco: Moshe!
Me tomaron del hombro como para tranquilizarme. Viste cuando te le estas por ir a alguien y te toman en gesto carinoso? Asi. Vi que atras y alrededor mio habia seis o siete caras de companieros con los ojos gigantes. El Moshe pasa a explicarme: "Trabaja aca desde hace 14 anios, es un tipo cansado, comprendelo". Imaginense todo lo que me chupo un huevo quien es el tipo y la sarta de cosas que le puedo haber dicho al Moshon (como le dicen "cariniosamente").
Me fui a mi rincon, a tranquilizarme y a seguir calentandome al mismo tiempo porque no aparecian los clientes. Intercambio de ideas fascistas entre un uruguayo, un yanqui y un australiano, los tres bastante izquierdosos. Manual sobre como hay que tratar al arabe. Me permiti, si amigos, un dia en la vida, ser facho, compartir ideas con aquellos que creen que los arabes "solo entienden a traves de la violencia". De repente, la imagen de una bota pisando una garganta arabe me genero placer (racismo, si, perdonen, que le voy a hacer, situense). Timoty explicando que no voto a Bush y que mismo asi creen putearlo a el cuando putean a su presidente. En conclusion: una cumbre de fascistas y racistas efimeros. Nosotros, claro, no?
Poco despues, 15 adolescentes israelitas se sientan. Luego de media hora y de haberles preguntado dos veces si querian ordenar, ordenaron. Un par de cafes por aca, un fruitshake por alla, un vascolet por acuya. La concha de su madre! Se fueron sumando mas pendejos y seguian pidiendome lo mismo. Despues de dos horas de ocuparme mesas se fueron... obviamente sin dejar propina.
Me estaba yendo. El gordito ruso que se habia pedido shrimps (bendicion del cielo, cuesta 88 shekel) y su mujer estaban terminando el mousse de chocolate que ordenaron de postre, y luego de eso, a cerrar. Paso por al lado de Moshe y me ofrece una mesa en otro sitio. "Son rusos, van a comer bien". Resultado: un martini y dos tes. Cuando finalmente el encargado de las bebidas calientes me da las dos tazas con agua hirviente, un viejo ruso de unos 65 anios viene de atras, me toca el codo derecho, el agua se derrama sobre mi mano y la taza se va a la mierda. El ardor empezo inmediatamente despues. Le informo a Moshe y me contesta: hielo, hielo, ponete hielo. Me puse hielo. Recorde que en la mochila tenia la gloriosa Dr. Selby. Me embadurne sin asco, pero si dejaba de pasarme hielo sentia que la mano me iba a explotar. Quemadura de segundo grado, segun anoto la doctora que vino a verme hoy. Pero ayer, en el momento, tuve que decirle a Moshe: "Pero como, no tienen primeros auxilios aca?". "Si, pero en la oficina". Que gordo puto! No tenia ganas de levantarse para caminar 20 metros y yo con la mano que me hacia bum-bum-bum. "Bueno, dame algo para ponerme". Me da la llave para que se la de a Iosef, otro supervisor, quien a reganiadientes me dio una gaza, no sin opinar que es mejor dejar la herida al aire libre. Todavia tuve que esperar que les pagaran su salario del dia a los mozos que estaban antes que yo en la cola. Cuando me llego el turno de cobrar descubri que la cajera con la que habia hablado en hebreo todo el dia y me quedaba mirando como una estupida hablaba en espaniol con Beto, mi nuevo amigo mexicano.
6 comentarios:
dame la orden nomas!
ya fuiste facho antes...
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