Que harias si estuvieras en un omnibus en Jerusalen, cuya linea ya exploto una vez, y ves en la parada un pibe morenito, con una campera gigante, que se sube luego al coche y mira nerviosamente para todos lados? Que harias si estuvieras sentado en la parte de atrás, y entre vos y la puerta mas cercana hay gente parada, aunque no este lleno? Que harias si llevaras contigo una mochila de mochilero? Que harias si te faltaran dos paradas para llegar a tu destino?
Seguramente comenzarias con analizar al personaje detenidamente. Los proximos segundos los dedicarias a culparte por estar pensando, en ese mismo momento, en la posibilidad de bajarte antes de llegar a destino. Una vez que la voluntad de ser racional y no paranoico le gana al reflejo de supervivencia, tratas de tranquilizarte, diciendote que si el ómnibus ya recorrio los primeros metros después de la parada y no paso nada, entonces no pasara nada. (No pasa demasiado tiempo entre que el terrorista se sube y se explota, porque de lo contrario corre el riesgo de que lo descubran.) Justo en ese instante, mientras te intentas convencer, notas que jugas con los pelitos de abajo del labio inferior con mas violencia que lo habitual, que las manos te empiezan a transpirar y que empezas a sentir calor. Entonces tomas conciencia de lo que te dice tu cuerpo, y empezas a pensar en tu mama, luego en tu papa y mas adelante en tu familia, amigos y en lo que te causa placer.
Después de eso te empezas a sentir ahogado, sobre todo porque el ómnibus esta embotellado en una calle estrechisima, mas apropiada para Colonia que para Jerusalén. Cuando se libera, llega a tu parada (o una antes, que confunde mucho al que no conoce la ciudad, pero a esta altura ya es mejor incluso caminar en el frio aire de la montania), y pensas en contarselo a tu anfitrion. Pasas por un parque verdisimo en el que se festeja un cumpleanios, con globos y todo, y un padre se separa del pelotón con una ninia de meses en brazos. El sonido del transito se siente a lo lejos, porque estas un par de metros debajo de la calzada, separado por una pared de arbusto. A tu izquierda, ese sonido que trae la calle, y a tu derecha, la tranquilidad, pasividad y quietud de una ciudad que se prepara para un shabat mas.
Llegas, contas como te sentiste, te tratan de estupido y luego te entienden. Comes, hablas de cuestiones mundanas, intentas dormir la siesta mientras tu anfitrion ronca como un cromanion, y pensas contar la experiencia en tu blog.
7 comentarios:
1-El hombre de cromagnon soy yo, pido disculpas por las molestias causadas, no fue mi intencion, prometo no volver a hacerlo.
2-El miedo en el omnibus, paranoico al pedo, producto de anios de lavado de cerebro sionista-nacionalista-racista, y algunos actos de venganza y actos de liberacion frente a la ocupacion violenta y asesina.
3- VIVA PALESTINA LIBRE!!!!
Muy buen relato Singer. Se lo extraña por la redacción
Bepi reaparecio: que alegria! Me comentaron que anduvo festejando con alguna ex editora y otros companieros... Pero, que hace leyendo blogs? Pongase a trabajar!
vo, elegante el titulo, muy bien pensado, es una idea de una mente brillante, no solo del su autor, Rene Magritte sino de quien intenta rescatarla para esta era del posmo posmodernismo!
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