Una vez más, El País vuelve a desconcertarme. Lo había hecho la semana pasada, y volvió a hacerlo con un artículo, basado a su vez en otro artículo de The Economist, sobre la situación de la economía española. La verdad es que el artículo de The Economist está buenísimo. Da datos macro sobre la evolución de la economía y de la sociedad españolas desde el fin del franquismo hasta lo que denomina el fin del milagro económico.
El problema se da cuando la periodista de El País pone la producción propia. A ver si a primera vista no llama ya la atención:
Oxímoron o contradicción, llámenle como quieran. Pero después la colega reproduce declaraciones de Daniel Caserta, eterno presidente de Casa de Uruguay en Madrid, en la que el tipo explica el "Plan Retorno" del gobierno español y otros datos. La única frase que justifica el título es "Está todo mal para nosotros, pero así y todo, en general no se firma el Plan Retorno".
Más adelante, al intentar describir la situación de los uruguayos que viven en Barcelona, cita a Rómulo Correa, presidente de la Asociación de Uruguayos de Cataluña, quien dice que entre el 10 y el 15% de los uruguayos que viven ahí está pensando en volver".
Al final de cuentas, ¿en qué quedamos? ¿Vuelven o no vuelven? ¿A quién le hacemos caso, a Caserta o a Correa? ¿No podría la periodista haber buscado datos más confiables? Puedo comprender la dificultad de conseguir datos tales -e incluso la posibilidad de su inexistencia-, pero entonces ¿por qué de todas formas publicar que "Uruguayos no piensan en volver"? ¿Por qué tratar de decir algo cuando sabés que no tenés bases fuertes para decirlo? Me recuerda a un artículo de Leonardo Haberkorn,en el que describe la pereza y la irresponsabilidad del periodismo uruguayo.
En conclusión, El País no sólo se contradice a sí mismo (este recuadrito contradice al artículo de la semana pasada) sino que el contenido de este recuadrito contradice a su propio título, por un lado, y lo sostiene por otro. El resultado es una confusión impresionante que en lugar de ordenar los datos los desordena. Para crear una sopa de letras alcanzaría con un armador.
El problema se da cuando la periodista de El País pone la producción propia. A ver si a primera vista no llama ya la atención:
Oxímoron o contradicción, llámenle como quieran. Pero después la colega reproduce declaraciones de Daniel Caserta, eterno presidente de Casa de Uruguay en Madrid, en la que el tipo explica el "Plan Retorno" del gobierno español y otros datos. La única frase que justifica el título es "Está todo mal para nosotros, pero así y todo, en general no se firma el Plan Retorno".
Más adelante, al intentar describir la situación de los uruguayos que viven en Barcelona, cita a Rómulo Correa, presidente de la Asociación de Uruguayos de Cataluña, quien dice que entre el 10 y el 15% de los uruguayos que viven ahí está pensando en volver".
Al final de cuentas, ¿en qué quedamos? ¿Vuelven o no vuelven? ¿A quién le hacemos caso, a Caserta o a Correa? ¿No podría la periodista haber buscado datos más confiables? Puedo comprender la dificultad de conseguir datos tales -e incluso la posibilidad de su inexistencia-, pero entonces ¿por qué de todas formas publicar que "Uruguayos no piensan en volver"? ¿Por qué tratar de decir algo cuando sabés que no tenés bases fuertes para decirlo? Me recuerda a un artículo de Leonardo Haberkorn,en el que describe la pereza y la irresponsabilidad del periodismo uruguayo.
En conclusión, El País no sólo se contradice a sí mismo (este recuadrito contradice al artículo de la semana pasada) sino que el contenido de este recuadrito contradice a su propio título, por un lado, y lo sostiene por otro. El resultado es una confusión impresionante que en lugar de ordenar los datos los desordena. Para crear una sopa de letras alcanzaría con un armador.