lunes, septiembre 25, 2006

Madejas manuales

Años después de haber demostrado ante sus colegas que la piel nace y muere en el ombligo, y que narra la historia de los individuos en cada pliegue, el doctor Wilhelm Lichtbaum presentó, en el XIII Congreso Internacional de Medicina Forense, una de las teorías que se le habían presentado como consecuencia deductiva natural de aquélla.
Si el tejido que cubre el cuerpo humano puede ser descosido y vuelto a coser tomando al ombligo como punto de partida y llegada, era razonable, entonces, hipotetizar sobre la posibilidad de que ese órgano estuviera compuesto por distintas partes. ¿Quién podía concebir, en la era pre-Lichtbaum, que un órgano que daba la apariencia de estar adosado al cuerpo, o, más bien, ser parte indiscriminable de él, pudiera deshacerse tan fácilmente? La cuestión no estaba planteada en la arena de las posibilidades prácticas, sino en la capacidad imaginativa que permitiera descubrir algo que estaba allí pero debía ser librado del velo teórico que lo cubría.
La piel, de esta manera, daba apariencia de ser algo que no era, o al menos de estar presente en la anatomía humana mediante un sistema que tampoco era real. ¿Por qué, entonces, no imaginar que la apariencia de homogeneidad que exhibe la piel es engañosa? Años antes, Lichtbaum dejó atónitos a sus colegas con una demostración empírica practicada con el cuerpo de un cadáver. Evidentemente, en esa instancia el excéntrico investigador no tuvo posibilidad de comprobar qué reacciones generaba el desprendimiento en el muerto. Tampoco estaba entre sus intenciones. A posteriori, sin embargo, la pregunta estalló como algo natural. Pensó Lichtbaum: “De haber estado vivo, ¿qué habría sentido? El dolor, ¿habria sido igual en todas las partes? ¿Y habria sólo dolor lo que hubiera sentido? Si las costuras del vientre hablaban de la desnutrición de su vida de linyera, ¿habría sentido hambre cuando se le descosió esa parte? Y esas costuras, ¿denotarían en vida alguna función adicional, es decir, darían la orden de alerta ante la falta de alimento, por ejemplo?”.
Durante nueve años, Lichtbaum se afanó en averiguar cuánto de verdad había en la nueva hipótesis: así como el cuerpo está formado por multiplicidad órganos que cumplen una o varias funciones cada uno, la piel tiene, además de cubrir y proteger carne, huesos, tejidos y órganos, otros cometidos. Si podía “narrar” una historia, también podría cumplir otras funciones, acaso más simples y “biológicas”. Lichtbaum imaginó a este órgano como una frazada compuesta de retazos sensoriales o funcionales.
A la hora de iniciar los trabajos de campo, a Lichtbaum se le planteó un dilema: ¿debía investigar con modelos elegidos al azar o debía incluir en su selección algún criterio de diferenciación? Aunque adscribía a la escuela “antirracial” (aquella que sostiene que no existen diferenciaas de funciones en las partes de organismos pertenecientes a personas de distntas etnias), se percató que diferentes culturas daban tratamiento distinto a la piel. En consecuencia, concurrió a ritos de agujereamiento de orejas de algunas tribus africanas, para hacerse de muestras de los trozos extirpados. Lo mismo hizo con pedazos de piel de nariz, mentón y frente, de esas mismas tribus y otras, así como de trozos de piel de personas “blancas” y “amarillas”.
Los avances llegaron cuando se dedicó a estudiar a un voluntario judío, a quien solicitó participación movido por el ritual de la circuncisión. Antes, al convencerse de la eventual utilidad que podría brindar un judío para su investigación, se había dirigido a la sede de la organización social y religiosa de la comunidad, a solicitar colaboración. Escépticos ante el extraño interés del forense de apellido alemán, los máximos dirigentes de la comunidad se negaron a prestarle ayuda para encontrar voluntarios1.
Cabizbajo, y pensando en ciertos temas relativos al racismo y los prejuicios, regresó a su casa con la convicción de que su aventura teórica había conocido su fin. Sin embargo, un mes más tarde, un amigo industrial lo invitó a la ceremonia de inauguración de una de sus plantas. En el acto, su amigo le presentó a un periodista que había concurrido a “cubrir” el evento y minutos después de haber iniciado la charla descubrió que era judío. También notó que era una persona razonable, y por eso su miedo a ser rechazado nuevamente cedió ante sus responsabilidades científicas y le narró su experiencia. “Es una verdadera pena”, le dijo al cronista. “Los judíos se niegan a colaborar con mi investigación, y creo que es en ustedes donde reside el secreto”. No sorprendido por la reacción que -según le narró Lichtbaum- tuvieron los dirigentes comunitarios, el periodista esbozó una leve sonrisa y afirmó: “Doctor, no todos los judíos suscribimos a las directivas institucionales. Yo me ofrezco como voluntario”.
El científico puso manos a la obra al día siguiente. “Si la piel”, razonó, “está íntimamente ligada al sistema nervioso (ello se observa claramente en sus reacciones ante el dolor), entonces sus funciones ‘activas’ trabajan mediante el viejo mecanismo ‘causa-efecto’”. Por lo tanto, montó un operativo de observación permanente del periodista, estimulado por distintas causas. Por un lado, hizo instalar cámaras en todos los rincones de su casa, sita en Miniver 1984. Por otro lado, hizo instalar una cámara en las gafas del investigado. Las imágenes recogidas eran enviadas -vía satélite- en tiempo real a monitores instalados en la casa de Lichtbaum.
Nueve meses de investigación dieron resultados sorprendentes. Lichtbaum descubrió algo que había comenzado a percibir, muy lentamente, a partir del tercer mes: el individuo carecía por completo de aptitudes prácticas. Vale decir, todo aquello relacionado con las tareas prácticas –especialmente las manuales y, más especialmente aún, las domésticas- era absolutamente irrealizable para el periodista. Por ejemplo, carecía de la habilidad necesaria para hacer la cama, desconocía la manera de activar una tostadora o manipular una sanwichera, y se frustraba ante la imposibilidad de encender una hornalla. Las inhabilidades se extendían en círculos concéntricos de la vida cotidiana: llevaba varias llaves sueltas en lugar de reunirlas en un llavero, se equivocava sistemáticamente de calle cuando debía concurrir a un lugar conocido o desconocido, y era seguro que algo se le caería cuando maniobraba, al mismo tiempo, con su grabador y su libreta de anotaciones.
Lichtbaum pudo descartar rápidamente su hipótesis de que la incapacidad del reportero se limitaba a lo manual (lo que no lo habría diferenciado de otros varones no circuncisos pero con dificultades motrices). En este caso, había algo más. El problema radicaba en la forma en que el periodista pensaba que podía “resolver” sus problemas. ¿Cómo se explicaba, si no, que, pese a los años de experiencia, cada vez que debía utilizar el microondas, preguntara a su mujer qué botones debía presionar?
Lichtbaum acudió a pedir ayuda a su amigo Aim Suloc, neurólogo. Los siguientes seis meses de investigación los emprendieron juntos, con exámenes realizados directamente al cuerpo del voluntario.
Descubrieron, finalmente, que el secreto radicaba en el prepucio, o más bien, en la ausencia de éste. Ese pedazo de piel, inexistente en el investigado, es, en quienes sí lo poseen, el “centro de comando” de las actividades prácticas. Las habilidades del varón para realizar tareas que no sean imaginar, reflexionar, hacer el amor, practicar un deporte o cumplir tareas laborales, reciben órdenes desde distintas zonas del sistema nervioso, pero es en las células del prepucio donde se “hallan” esas habilidades.
El descubrimiento de los científicos no es novedoso sólo por su contenido, sino también por el métido de investigación. No descubrieron la función del prepucio hurgando en él, sino en un cuerpo que no lo tiene. Según lo hallado por Suloc, ese trozo de piel está íntimamente conectado con la médula espinal, que es, en este caso, la que envía las órdenes, en base a estímulos previos del cerebro. La masa gris comunica a la médula: “Debo hacer una tostada; resuélveme el problema”. La médula, pues, transmite la orden al prepucio, donde se concentran los paquetes codificados de habilidades prácticas. Éste devuelve el estímulo en forma de solución, que es entregada por la médula al cerebro, encargado de ordenar directamente los movimientos a las extremidades y órganos sensoriales. (En la mujer, todo este proceso se da exclusivamente dentro del cerebro.) Pero prepucio y médula espinal se funden de tal manera que se hace imposible sospechar que una parte de la piel sea la alacena donde se encuentran las soluciones a los problemas prácticos. Es sólo cuando el prepucio es extirpado que se percibe la disfunción.
Tras estudiar a amigos y conocidos judíos del periodista, los investigadores llegaron a la conclusión de que los varones circuncisos pierden, en el momento de la extirpación, entre el 50 y el 100% de su capacidad para resolver problemas prácticos.
A Lichtbaum le llevó unas semanas redactar el informe. Fiel a su estilo, al Congreso no concurrió con un cadáver para demostrar su teoría, sino con chips de cámaras filmadoras digitales y una pantalla donde exhibir imágenes. Una vez que estuvo frente a la audiencia, se calzó parsimoniosamente los lentes, desarrugó unos papeles, los planchó y distribuyó sobre la mesa y comenzó a hablar con aquella voz obstinadamente monocorde: “Estimados colegas: ya que en el VIII Congreso me gané su respeto tras demostrar mi teoría Madejas de Piel, aprovecharé el crédito que la popularidad me concede para demostrar mi nueva teoría sólo con imágenes proyectadas. Sé que lo descubierto no tiene mucho que ver con la medicina forense (pese a que muchos consideren a la parte central de mi investigación como un trozo de piel “muerto”), pero es a este ámbito a donde pertenezco y, además, la investigación surgió de la anterior, más relacionada a lo forense. El doctor Aim Suloc descubrió parte fundamental de la teoría y merece tanto crédito como quien habla. En instantes, él les presentará la teoría”.
Se apagaron las luces del salón y en la pantalla se vio al periodista en -fallida- actividad en una cocina. Mientras se sucedían las imágenes, Suloc explicaba la teoría. Cuando terminó, el público, lleno de admiración, estalló en aplausos. “Un momento”, interrumpió Lichtbaum. “Todavía hay una punta de la teoría que quiero exponer”.
Según el médico, en su teoría se encuentra la explicación biológica de la tendencia del pueblo judío a realizar aportes intelectuales en cantidades que no encuentran relación proporcional con el número de miembros de esa nación. “Así es como se entiende la aparición de Jesús, los rabinos talmúdicos, Spinoza, Marx, Einstein, Allen, Chomsky, Perutz, Wiesel, Spielberg y otros tantos. Todos tienen en común su tendencia al divague mental, la abstracción y la argumentación por la argumentación. No quiere esto decir que todos los varones judíos se dediquen a estas actividades, sino que, dentro de ese grupo humano, aumentan las posibilidades de aparición de esos fenómenos, donde el desarrollo de la masa gris parece reemplazar la carencia del prepucio. Por otra parte, considero que mi teoría explica el ‘fenómeno idishe mame’, es decir, el fenómeno de la madre judía: ser absolutamente incomprensible para las mentes racionales, suple la carencia de habilidades prácticas de su hijo varón para dotarlo de instrumentos que le permitan sobrevivir. Sin embargo, esta aparente mera sustitución se convierte en una acumulación de habilidades desmedida, que la lleva a una hiperactividad que, de no existir, la conduciría a la locura. La idishe mame necesita hacer, ir, venir, siempre que se trate de asuntos relacionados con su hijo. Sobre éste, el efecto es, muchas veces, una acentuación de lo que trae consigo desde su octavo día, cuando le es extraído el prepucio”.
1 Aunque era forense, Lichtbaum estaba convencido de que esta investigación debía desarrollarse con voluntarios vivos. Conocido es, ya, su poco respeto a las reglas convencionales de la profesión.

viernes, septiembre 15, 2006

Visita al Líbano

Hoy compré el diario. En un pequeño recuadro de la página 6, se informa lo siguiente:

"Luego de una visita de cinco días a Siria, llegaron ayer al Líbano los tres parlamentarios israelíes del Balad (partido árabe), Azmi Bashara, Jamal Zajalka y Wasel Taha (o Tahe, no se), que fueron recibidos por el presidente del Parlamento Libanés, Nevia Beri.

Los tres saben que serán sometidos a una investigación una vez que regresen al país, pero ello no les impidió continuar hacia el Líbano, en una 'visita de solidaridad con el pueblo libanés tras la guerra'. Llegaron en la tarde de ayer a Beirut. Pocas horas después, el diputado Bashara recorría las zonas destruidas de Beirut, junto a un representante del Hizbolá, y bendijo al pueblo libanés por su determinación durante los ataques israelíes.

La visita por el Líbano continuará dos días más. Desde el Balad dijeron ayer que 'el objetivo de la visita es llevar solidaridad a las víctimas de los bombardeos israelíes, que destruyeron al Líbano', y tener encuentros con líderes libaneses, incluida la reunión que tendrán esta mañana con el primer ministro, Fuad Siniora".

domingo, septiembre 10, 2006

Comiendo flash

Despues de comer, con Chela nos fuimos a bajar el verde que habia traido de Tel Aviv y directo al cine del kibutz. Mision Imposible 3, con Tom Cruise y Philip Seymour Hoffman (como siempre, el que se roba la peli).

Yo siempre me ubico en el medio, pero Chela lo hace al fondo. "Esta bien", me dije, "cambiemos una vez". Pasaron unos 15 minutos hasta que empezo la pelicula. Quince minutos de flash. Cual dioses desde el olimpo, ibamos anotando la llegada de uno y cada uno de los espectadores. "Este era el que trabajaba en la cocina, entre el 12 de mayo a las 5 de la maniana hasta el 14 a las 8". Sin tanto detalle, ibamos marcando a los personajes de 1999 que volvian a repetirse en la pelicula que estabamos viviendo.

El climax de la experiencia fue la entrada (gloriosa, cuando no) de Amnon. Para aquellos que no lo conocen, Amnon tuvo un accidente automovilistico cuando tenia 17 anios (hoy supera los 50) y no quedo muy bien del mambo. Amnon entro, se puso de espaldas a la pantalla y, apuntando a un lugar donde no habia nadie, disparo un tiro con su poderosa "mano-pistola". El "pssss" que emergio de su boca confirmo la salida de la bala.

Otro momento interesante fue cuando vimos sentados, el uno al lado de otro, a Nancy, la profesora de hebreo, y su esposo. No se como flasheo Chela que el tipo era esposo de Ofra o Gaby (no me acuerdo), pero yo estaba -y estoy- 100% seguro de que es el esposo de Nancy; es el que se re copaba hablandonos en ladino y nos llevo a subir una montania en el Negev. A ese mismo tipo -cuyo nombre no recuerdo- lo volvi a ver jugar al tenis de tardecita, pero esta vez no con Zvi, el entonces segundo profesor de hebreo que ahora sigue enseniando en Nitzana, sino con el esposo de Tamar, mi madre adoptiva y madre real de Dudu Arnold, que bailaba con la cabeza entre los hombros y fue salvavidas en la piscina.

Hablando de los Arnold, mientras almorzaba ayer se me acerco, en un ataque de nervios gigante, la propia Tamar. Esta muy vieja y tiene un notorio temblequeo en todo el cuerpo, especialmente las manos y la cara. Le prometi que iria a visitarla de tardecita, pero cuando encare para alla me perdi, no encontre nunca la casa. Como la seniora vive fuera del kibutz, solo podre reintentarlo el proximo fin de semana que me quede en el.

Ahora son las 8 de la maniana; ya desayune mis clasicos huevos con mayonesa y me voy a dormir. Hoy tengo un dia ocupado: debo comprar una tarjeta de llamadas telefonicas internacionales y pedir en la lavanderia que le pongan un boton a mi short.

jueves, septiembre 07, 2006

El orgasmo de la cosquilla

Teoria de Chela: el escalofrio de la cosquilla es el orgasmo de la cosquilla. A ver... Segun Chela, existen dos niveles de la cosquilla: la cosquilla asi nomas y la cosquilla que te mata, que "quebras" de cosquillas, que no podes mas. Ese "quiebre" de cosquillas te produciria tanta, pero tanta cosquilla, que sentis un escalofrio. Y para definir a ese escalofrio, Chela sostiene que vendria a ser lo que el orgasmo al sexo, o sea, "el orgasmo de la cosquilla". No se, yo nunca senti ni escalofrios ni orgasmos con la cosquilla. Por otra parte, hace aaanios que no me hacen cosquillas.

Drogones

Como les gustan los posts que incluyen sustancias psicotropicas, eh? Son los que mas exito tienen en materia de comentarios. Drogones...

miércoles, septiembre 06, 2006

Anonimos

Debo decir algo: me embolan los anonimos. No porque sean anonimos sino porque se que son de gente que me conoce y no se pone las pilas al firmar. Vamo, che, media pila.

Amor

Que tarado, para que quiero ser autosuficiente si entre Sabina y Calamaro ya lo dijeron todo. No se puede cambiar de corazon como de sombrero sin haber sufrido primero. Hoy soy feliz.

El palo de Moises

El tipo habia viajado al Sinai, Egipto, muchos anios atras. En el camino de regreso a Israel, en el medio del desierto, se encontro un palo con una forma rarisima. Le hizo evocar el palo que Moises usaba de baston. Lo levanto y se lo llevo.

Ya en Israel lo llevo a la Universidad Ben-Gurion de Beer Sheba, al Departamento de Arqueologia, para que le dijeran si tenia algun valor historico. Efectivamente, el palo tenia cientos o miles de anios (las versiones varian segun los amigos con los que hables; Gady hasta tiro que tenia un vinculo con los judios que vagaron 40 anios por el Sinai).

Si hay algun sitio a donde tiene que llevar ese baston es a las fiestas rave. Pero esta vez no le fue bien. Lo perdio. A eso de las cinco de la maniana empezo a preguntar a uno y cada uno de los participantes si lo habian visto, que lo dejo apoyado ahi y que tiene aproximadamente este alto. Recorrio toda la zona. Salio de la zona de la fiesta y volvio. Unas horas mas tarde lo vimos tirado, super bajoneado, como si hubiera tirado la toalla.

Pero cuando llego la policia por segunda vez, despues de haber cerrado la fiesta, volvio al ataque. Los milicos se habian subido a la camioneta y empezaban ya el camino en reversa, cuando se le pego a la ventanilla del conductor. Lo vi de lejos, y vi la senia: "Hasta aca de alto". Ellos se iban y el los corria. Pocos minutos mas tarde lo vimos correr entre las montanias. Yoel se rio mucho, Chela lo reprimio por falta de respeto. Yo pendule.

lunes, septiembre 04, 2006

Acidez

Todo el mundo sabe que es una rave, cierto? Bien. Situemonos entonces en un campo perdido a poquitos kilometros de Sderot, ciudad de la que habran oido hablar ultimamente. Una gota de acido diluida en agua. Salida en auto por las comodas carreteras. Un mensaje grabado en el telefono explicando en detalle como llegar. Al salirse de la ruta, un camino de tierra que se transforma en un laberinto nocturno. La senial que indica el camino son tiras de papel higienico colgadas de las ramas de los arboles. Chuchos de acido desde el principio hasta el final.

Es cierto lo que dice Rafa: la experiencia puede volverse vacia. En realidad, yo no fui a buscar demasiado, mas que a pasar un buen momento. Siempre visualice esto como algo vacio. La "experiencia emdi" no me va; esas minitas (y algun que otro pibe) que se ponen la una frente a la otra y se miran durante horas sin hablar, se abrazan y todo eso. Jamas pense en buscar nada profundo en el acido ni en la musica electronica. Para mi, lo profundo va por otro lado: los libros que lei y que leo, las peliculas que vi y que veo, y los discos que escucho (pasan la prueba los que puedo disfrutar "de cara"). Y, por supuesto, las experiencias de vida, principalmente tambien "de cara". Ahi esta lo profundo.

Asi que nada de filosofadas ni busquedas de cosmos. La unica duda existencial que me saque es la siguiente: existen los pitufos. Puedo asegurar que existen. Fui a mear y estaban ahi, al lado mio, aunque cuando mire hacia el costado habia solo plantas. Me paso varias veces: veia personas a mi costado que, cuando me volvia para verlas, no estaban. En la mayor parte de los casos no me concentre lo suficiente como para delirar del cuelgue, pero debo tenerme paciencia, fue la primera experiencia real (Rio no cuenta, y la otra fiesta menos; no pego).

Cuando estaba amaneciendo subi a una montanita, me sente y vi la fiesta de arriba. El lugar, re flashero de noche, era una cosita de nada de dia, rodeado de colinas y campos verdes. Un paisaje increible. Pero no es el cuelgue del faso, ese cuelgue ecologista. Entonces de repente empece a ver que desde el cielo caian hacia la fiesta focos gigantes de luz, iluminandola como si fuera una discoteca mundial. Los focos salian de "ventanas" que se abrian del cielo, y Dios era el DJ. Al mismo tiempo, el aire vibraba al ritmo del bum bum. No es una metafora, vibraba de verdad. De mas esta decir que el cuelgue con la musica duro horas, bailando en un metro cuadrado.

A las 8 cayo la cana. Se escondio lo que quedaba de carton y se espero. Cerraron la fiesta. Chela le gritaba desde abajo a la milica que denuncio: "Puta, conchuda de mierda, veni a bailar". Ella, como si nada. La gente queria mas, y empezaron a hacer ritmo con las palmas. Aparecieron dos darbukas. La fiesta siguio mas de una hora en version acustica, y se fue de las manos cuando empezo a caer agua en forma de lluvia desde el techo de lona. Eran unas minimangueras conectadas a un cubo de agua, destinadas a refrescar a la gente en las primeras horas de sol. Al poco tiempo, una mina bailaba en topless con un tipo revolcandose los dos juntos en el barro.

A la salida se vio circulos de pasto y arboles quemados. A Chela le parecio bello, y Mati cayo en la cuenta, para conocimiento de todos, que se trataba de los puntos donde habian caido misiles Kassam.