martes, enero 31, 2006

amor fraternal


Si mama tan solo supiera encender una computadora... Siguen las horas y yo sin poder cambiarme la ropa. Maldita Iberia! La de la foto es mi hermana, que dicho sea de paso, pense que vivia mas tranquila: acaba de escuchar sirenas y prendio la radio a ver si habia habido algun atentato. Lo que pasa es que asi fue el otro dia que se exploto uno en la terminal de buses.

tel aviv airport

los judios acechan... notaran la ausencia de valijas al lado del viajante: es que los gallegos me las perdieron, espero que lleguen maniana. igual, mas que perder todas mis pertenencias no me va a pasar. abrazos sionistas!

jueves, enero 26, 2006

Pum para arriba

Si leyeron el post anterior, habrán notado que empecé con fuerza... grunge.

Qué se le va'cer. Con el Leo Kierszenbaum, amigo en Jerusalem, tendremos un rito "johnny walker" de fin de una etapa y también de inicio de otra. Será el fin de semana que viene, o cuando pueda viajar a la capital. Para entonces, supongo, no habrá cambios radicales, pero espero que el negro de la pantalla comience a ser cada vez más un decorado meramente fútil.

Como dijera Lágrima Ríos: ¿quién no fue abandonado alguna vez?

Shalú

Como un líquen

Yo, líquen de la Antártida, declaro que seguiré en ella hasta morir, sea ésta muerte natural o adriática. Sustento, apoyo, respaldo, pared de sonido, será para mí. Pero no fuente. Jamás fuente. Fuente hubo una sola y se movió, y se perdió, y no vuelve. Porque la fuente es móvil, no se deja atrapar nunca. Está hecha para eso: para ser compartida, para ser fuente, siquiera temporal, para varios. Sus minerales y agua me secaron los nervios. La autoestima baja como la presión de mi mamá después de la ampolla. Quedo blanco, inmóvil, frenado, autómata. Depresión. Mierda. Whisky con Leo. Homosexualidad. Odio. Rabia. Violencia doméstica. Miedo. Racismo paternal. ¡Qué irracional que sos! ¡Qué poquito valen tus decisiones! Pendeja: me sacaste el output. ¿Ósmosis? ¿De qué ósmosis me estás hablando? En el vacío onírico no hay de eso. Hay nada. Y la nada incluye ganas de no pelear. Se me achican los hombros, no puedo expandir el pecho. Machismo, entre todas las fotos. Zitarrosa, también. Repetir la historia, ¡qué fracaso: de nuevo como en la adolescencia! ¿Y cuál será el próximo? Todo es blanco… blanco… blanco… Ella, en cambio, será un paliativo: tendré donde apoyar mis pies; no tendré, eso sí, de dónde alimentarme. La alimentación, como dije, está en la fuente. ¿Cuál será mi fuente? Creo que no la habrá. Conclusión: freezer. Freezer y petrificación. Vacío. Aislamiento, ceguera, sueño eterno. Dinero, comida y televisión. Hermetismo, como este cuento.